Con un baño relajante, un paseo a orillas del mar o simplemente quedarnos quietos observando las olas y el mar en todo su esplendor, nos puede aportar propiedades terapéuticas positivas y una multitud de beneficios para nuestra salud.

El agua salada es muy rica en yodo, potasio, zinc, etc…,  por ello, cuando entramos en contacto con el mar y nuestra piel absorbe todos sus nutrientes para ayudar a nuestro organismo a tener un mejor funcionamiento.

  • El agua salada alivia los dolores musculares y relaja tensiones.
  • Contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunitario y por su contenido en calcio nos ayuda a mantener la fortaleza de los huesos.
  • Al contener magnesio, es buena para el sistema nervioso y mejora la circulación sanguínea.
  • Los microorganismos del agua del mar, producen sustancias antibióticas que nos pueden ayudar en los procesos de cicatrización.
  • Si respiramos la brisa del mar y nos damos un baño, nuestros pulmones lo agradecerán, porque si estamos pasando un catarro con flema y tos, puede ser una buena forma de aliviar esos síntomas.
  • Si sufrimos de artrosis, los baños son ideales, disminuyendo el dolor de este tipo de enfermedades.

Lo nombrado es tan sólo una parte de lo que nos puede aportar, hay mucho más, por todo ello, si tienes oportunidad de pasar un día en la playa, o cerca del mar no la desaproveches, puede ser una solución efectiva para muchos de tus problemas de salud.

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